Que me desnudes con la mirada,
que me toques con la boca todos los rincones de la piel
Quiero que me beses despacio, con humedad, sin prisa
que el tiempo se detenga pero no tus ganas de tocarme
Quiero ceder mi necesidad
de control, transformarme en presa
Quiero escuchar tu respiración agitada cerca de mis oídos, sentir tus ganas salvajes de poseerme.
Quiero sentirme viva, que me muerdas la espalda, las costillas, la nuca y los hombros
Quiero paralizarme, sorprenderme, renacer,
sentir la fragilidad de nuestra existencia inútil, pasajera, breve
Quiero dispararte con los ojos, gritarte con la lengua, abrazarte con la piel
Quiero finalmente que el silencio nos devore, que mi pelo, nuestras piernas, los pensamientos y las sábanas queden entrelazadas
Que nos invadan nuestras fragancias, nuestros fluídos, nuestro calor, nuestras dudas y certezas
Despedirme de ese instante onírico, surreal, inexplicable, fugaz, hermoso, siempre nuestro, siempre letal.
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