martes, 30 de septiembre de 2025

...TUS ABRAZOS...

Entiendo a quien no quiere querer, a quien no se anima a lanzarse al vacío sin la certeza de caer de pie. Entiendo el miedo a lo desconocido, porque la certeza, aunque amarga, es el seguro de saber la mierda que nos rodea. Es abrazar la soledad que, aun dándonos la espalda, sigue siendo real y sincera en el fondo del reflejo. Entonces me pregunto: ¿para qué zambullirme en la abertura del alma? Y ahí me relajo, pienso: me quieren, me cuidan, soy hermosa, única, especial. Puedo, por unas horas, si tengo suerte, por algunos meses, no sentirme el monstruo que me mira desde el espejo desde mis seis años. Pero ese monstruo es insistente. Nunca me abandona. No importa cuánto avance, cuántos pasos adelante dé: siempre regresa para recordarme cuán en vano puede ser mi existir. Incluso aprendí a volar imaginando que, tal vez, en las alturas no pudiera alcanzarme. Debo confesar que existen dos estados en los que logro liberarme del vacío: uno es volando, disolviéndome en el aire, respirando alto, conectando el cielo con mi corazón. El otro… son tus abrazos. Volver a sentirme chiquita, como en el útero de mi madre, en una cueva cálida. Meterme en tu cuerpo, ser parte de vos, y robarte un poco del coraje que te sobra y que yo siempre siento que me falta.

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...MIEDO A QUERER...

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